Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Sócrates nos manifiesta (por medio de su discípulo Platón) las características propias de un sabio, la mas destacada e interesante es la conciencia del desconocimiento; es decir la inseguridad. Sabio es quien posee la inseguridad suficiente como para llevar a cabo la búsqueda continua del conocimiento, quien logra la filo-sofía: amor por la sabiduría. Esto nos lleva a suponer, de manera acertada, que la plena seguridad en cuanto a lo que uno sabe, actúa como característica limitativa del conocer. La frase tan mencionada y analizada “solo se que nada se”, no es utilizada por Sócrates como una ironía producto de su soberbia, sino que es el incentivo para la formación y la instrucción de su saber.
En Argentina (por no haber realizado investigación empírica alguna en otros sitios) existe un grupo social que tiende a la opinión constante, este grupo posee la plena convicción de ser “sabio” pero de manera innata, ya que no realiza acción alguna para fomentar su propia creencia acerca de este precepto. Este grupo social, llámese a partir de ahora clase, posee una fuente formadora de su conocimiento única, los medios masivos de comunicación.
Los medios de comunicación crean la seguridad intelectual en esta clase, y siguiendo el razonamiento socrático, impiden que su sabiduría exceda los límites de unas cuantas páginas del periódico, un canal televisivo, una radio. Los medios de comunicación que transforman su finalidad de informar en formar, tienen de manera predeterminada una convicción o ideología que se esfuerzan en divulgar. Las victimas directas son los menos formados, los seguros, los que entran en el círculo vicioso de la prensa, que los limita y lleva a forjar ciertos conocimientos omitiendo otros.
La clase absorbe y divulga mediante su incontinencia verbal la información expresada en los medios de comunicación, y se auto convence de su saber, que no solo es impropio, sino que además es causante de la escasez cognoscitiva que poseen. (Agencia Paco Urondo)
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