Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Rodolfo J. Walsh nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, provincia de Río Negro. Fue escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones. Su obra recorre especialmente el género policial, periodístico y testimonial, con celebradas obras como Operación Masacre y Quién mató a Rosendo. Walsh es para muchos el paradigmático producto de una tensión resuelta: la establecida entre el intelectual y la política, la ficción y el compromiso revolucionario.
“Hay un fusilado que vive” le dicen a Rodolfo Walsh una tarde de 1956.
A partir de ese momento, la curiosidad investigativa de Walsh, lo lleva a trabajar sobre los fusilamientos de José León Suárez, en épocas de la dictadura de Aramburu, Rojas y Leonardi, cuando solo mencionar a Perón era reprimido con cárcel.
Los medios del momento taparon por pedido del gobierno la información de las matanzas en los basurales, y justificaron la acción represiva alegando una anticonstitucional ley marcial.
Los fusilados no van a poder contar lo sucedido, por eso es que Walsh se propone hacer hablar al sobreviviente, al “fusilado que habla”.
Esa investigación que denuncia el espíritu asesino de “ La Fusiladora ” se llamó “Operación Masacre”, Walsh la escribió principalmente, para eludir la versión oficial de los hechos.
Por esa época, los grandes diarios decían que el General Aramburu era un “general del bando blando” y que es “respetuoso de la libertad de expresión”. Sin embargo la investigación de Walsh fue siempre ocultada, hasta que en la década del 70 se filmó una película con el mismo titulo que tuvo gran repercusión en los cines de todo el país.
En la película hace de actor el mismísimo sobreviviente Julio Troxler, agregandole testimonios al libro original:
El peronismo era una clase, era la clase trabajadora que no puede ser destruida, el eje de un movimiento de liberación que no puede ser derrotado, y el odio que ellos nos tenían era el odio de los explotadores por los explotados.
Pero el pueblo no dejó nunca de alzar la bandera de la liberación, la clase obrera no dejó nunca de rebelarse contra la injusticia.
Hoy ese acontecimiento trágico es parte de los manuales de la escuela, y se enseña como un episodio que marcó a ese gobierno militar. Pero no fue la versión oficial la que descubrió el episodio, si no la pluma clandestina de un escritor, al que el sistema marginó acusándolo de “terrorista”.
El principal responsable de estos asesinatos, Pedro Aramburu, fue fusilado por una agrupación armada algunos años después.
El destino de Walsh estaría marcado por el camino que inició dentro del campo popular. El 25 de marzo de 1977 pasó a integrar la lista de desaparecidos. (Agencia Paco Urondo)
“Hay un fusilado que vive” le dicen a Rodolfo Walsh una tarde de 1956.
A partir de ese momento, la curiosidad investigativa de Walsh, lo lleva a trabajar sobre los fusilamientos de José León Suárez, en épocas de la dictadura de Aramburu, Rojas y Leonardi, cuando solo mencionar a Perón era reprimido con cárcel.
Los medios del momento taparon por pedido del gobierno la información de las matanzas en los basurales, y justificaron la acción represiva alegando una anticonstitucional ley marcial.
Los fusilados no van a poder contar lo sucedido, por eso es que Walsh se propone hacer hablar al sobreviviente, al “fusilado que habla”.
Esa investigación que denuncia el espíritu asesino de “ La Fusiladora ” se llamó “Operación Masacre”, Walsh la escribió principalmente, para eludir la versión oficial de los hechos.
Por esa época, los grandes diarios decían que el General Aramburu era un “general del bando blando” y que es “respetuoso de la libertad de expresión”. Sin embargo la investigación de Walsh fue siempre ocultada, hasta que en la década del 70 se filmó una película con el mismo titulo que tuvo gran repercusión en los cines de todo el país.
En la película hace de actor el mismísimo sobreviviente Julio Troxler, agregandole testimonios al libro original:
El peronismo era una clase, era la clase trabajadora que no puede ser destruida, el eje de un movimiento de liberación que no puede ser derrotado, y el odio que ellos nos tenían era el odio de los explotadores por los explotados.
Pero el pueblo no dejó nunca de alzar la bandera de la liberación, la clase obrera no dejó nunca de rebelarse contra la injusticia.
Hoy ese acontecimiento trágico es parte de los manuales de la escuela, y se enseña como un episodio que marcó a ese gobierno militar. Pero no fue la versión oficial la que descubrió el episodio, si no la pluma clandestina de un escritor, al que el sistema marginó acusándolo de “terrorista”.
El principal responsable de estos asesinatos, Pedro Aramburu, fue fusilado por una agrupación armada algunos años después.
El destino de Walsh estaría marcado por el camino que inició dentro del campo popular. El 25 de marzo de 1977 pasó a integrar la lista de desaparecidos. (Agencia Paco Urondo)
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